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Astrología y Horóscopos

Cuando los seres humanos, allá en la Edad de Piedra, comenzaron a darse cuenta de que el Sol salía cada mañana y se iba cada noche, nació la astrología.

Hoy, esta ciencia -que es antiquísima y fue denostada durante casi cinco siglos— está recuperando su sitio dentro de la sabiduría universal, necesario para que el hombre evolucione, en la Era de Acuario.

Los seres humanos somos poco menos que un misterio, y la astrología también lo es. Hay que tener en cuenta que, para creer en la astrología, debemos asumir que la energía de las estrellas es capaz de influir sobre nosotros.

Ésta es una manera bastante particular de ver la realidad, porque implica aceptar que existe conexión entre una parte nuestra, por lo menos, y el Cosmos.

Vamos a contarte un secreto: el hombre está hecho de la misma materia que las estrellas, los planetas, los cometas y los meteoritos. El hombre es sólo una manifestación diferente de la energía que todo lo es y todo lo mueve.

En la visión esotérica del hombre, éste posee una anatomía sutil, energética, y tiene diferentes “cuerpos” que no se ven, salvo el físico, que es el más denso. El más externo de esos cuerpos, el menos denso, es el cósmico.

Como estos cuerpos se interpenetran, uno influye sobre el otro y le transfiere información. Imagina esta configuración del hombre, y podrás imaginarte conectado a la Tierra, a los demás seres, a los cielos. Entonces, podrás tener una visión astrológica, esotérica y profundísima de ti mismo.

La Tierra, nuestro planeta, gira sobre sí misma en ciclos de 24 horas, y esto hace que reciba la luz del día en diferentes hemisferios, alternativamente. También, la Tierra gira alrededor del Sol, dando una vuelta completa cada 365 días, minutos más, minutos menos.

Al ir pasando por distintos puntos del cielo, desde aquí se pueden ver las diferentes constelaciones. Entonces se produce el encuentro sucesivo de una y otra estrella, de uno y otro planeta, con la Tierra, y se genera un intercambio de energías celestes. Porque la Tierra, como todos, tiene su energía propia y es un Todo Viviente.

Los planetas son fuerzas notables en nuestras vidas. Cuando nacemos, se nos atribuye un signo según la posición en que se encuentra el Sol. Es decir que la influencia de este astro nos da parámetros muy claros acerca de nuestro carácter. En las cartas natales (que son mapas del cielo) los planetas se ubican de acuerdo con el momento espacio-tiempo (lugar, día, hora y minutos) del nacimiento, y sus acciones se analizan teniendo en cuenta esa posición.

Además, los planetas ejercen influencia en el transcurso de nuestras vidas cuando van “pasando” por nuestro signo en su recorrido por los cielos. Algunos pasan con mayor frecuencia y se van más rápido. Otros, cuando llegan, se quedan durante meses, a veces, años, y también tardan mucho en volver.

Vamos a contarte otro secreto: la astrología es un camino de crecimiento interior. Tú puedes leer lo que te depara tu horóscopo del día y condicionarte para que eso —desgracia o dicha— suceda, entregándote de pies y manos a esa creencia. O puedes adentrarte en un mundo fantástico, en el que la astrología te explica algunas energías presentes en ti mismo, que te conviene aceptar para poder manejarlas en tu beneficio.

Piénsalo de esta manera. Te enteras de que eres Aries y de que su regente es Marte, un planeta “violento”. Puedes optar por convertirte en una persona inaguantable, justificando, gracias a Marte, todos tus desplantes y berrinches. O puedes decir no, yo no soy violento, eso está mal. Y estar sufriendo todo el tiempo, frenando tus impulsos para imponerte, para darles movimiento a las cosas que están estancadas, para liderar, todo por miedo a esa parte “marciana” que hay en ti.

Pero hay una tercera opción: la de analizarte sinceramente a ti mismo, tus pensamientos más profundos, tus relaciones con los otros, tus reacciones ante las situaciones críticas. Y utilizar eso que sabes de ti para aprovechar la energía que Marte te da: la de ser un “motorcito” imparable, gran generador, algo invasivo si quieres, pero con muchas cosas positivas.

Puedes encontrar una profesión que realice —esto es, que haga realidad— lo mejor que tienes. Puedes hallar claves de tu comportamiento en aquellos signos zodiacales “que te caen mal”, o descubrir qué vienen a decirte los que aparecen frecuentemente en tu vida. Y esto es sólo una muestra.

Aunque mires las estrellas, la astrología es un viaje hacia dentro de nosotros mismos, y nos enriquece. Puedes divertirte con ella, aprender, experimentar, dudar y crear tu propio camino, en consonancia con la maravillosa danza del Universo.

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