Planeta dominante: Neptuno
La influencia de Neptuno hace permaeable la imaginación y los conceptos del hombre Piscis, dotándole de originalidad de pensamiento y acción, acentuando su talento para la música, el arte y la escritura, y prestando ímpetu y compensación a los trabajos hábiles y minuciosos tan frecuentemente necesarios para sus variadas empresas.
Son numerosas las compañías de todo el mundo que deben su éxito a su gran competencia y fiabilidad.
Posee una paciencia fenomenal y su tranquila aceptación de lo inevitable le dota de armas de defensa contra todo tipo de dificultades personales de carácter temporal. Aunque se trata de un hombre de intensas y profundas reacciones, por consideración hacia los demás rara vez muestra su ira o frustración.
Aunque muy tozudo en sus propias creencias, rara vez intenta imponérselas a los demás. Aprende con facilidad y retiene cualquier conocimiento que le interese. Se muestra reservado y posee una autosuficiencia que no exige mucho en el terreno de las amistades.
Como es muy modesto, muchas veces no se presta la debida atención a sus talentos. De hecho, son infravalorados incluso por el propio Piscis. Es sumamente impresionable, al igual que los restantes signos del elemento agua, y se ve fuertemente influenciado tanto por el medio que le rodea como por las personas que ama.
Es generoso hasta la exageración y, sin embargo, frugal con respecto a sus propios deseos. Debido a su temor a llegar a ser alguna vez una carga para los demás, planifica cuidadosamente su propio futuro.
A pesar de mostrarse por lo general ahorrativo, puede sentirse tentado a efectuar compras ocasionales y a correr riesgos, especialmente si se lo aconseja alguien con quien comparte intereses mutuos.
Observador, intuitivo y lleno de premoniciones, puede recurrir al llamado «pensamiento autista» para juzgar a una persona según la imagen que ésta presente deliberadamente para su propia conveniencia o beneficio.
Parecido a Don Quijote en su idealismo, sus lealtades no se verán fácilmente vencidas, y seguirá luchando contra los «molinos de viento» mucho más tiempo que cualquier otro hombre que habría reconocido ya su derrota y renunciado a defender a alguien que no se lo merece.
Su propia inocencia —o quizá optimismo— con respecto a las aventuras románticas le conduce con frecuencia a graves y dolorosas desilusiones. Encontrar la compañera adecuada es importantísimo para su paz mental.
Esta debería ser totalmente sincera con él, amorosa y sensible, indudablemente suya en todas y cada una de las facetas de su ser y dispuesta a compartir sus sueños con lugares distantes y exóticos mientras dedica su tiempo a hacerle sentirse orgulloso y cómodo en su propio hogar.
En caso de dedicarse a un trabajo remunerado fuera de casa, debería ocupar en todo momento un lugar secundario con respecto a las ambiciones y empleo de él, pues de lo contrario perdería todos sus incentivos. No es nada egoísta, pero sí muy posesivo.
Si se siente gravemente desilusionado con alguien a quien ama, puede seguir el procedimiento habitual en casi todos los hombres —del signo o influencia zodiacal al que pertenezcan—, e intentar recobrar la confianza en sí mismo y los estímulos, relacionándose con una amplia variedad de mujeres sólo para «pasárselo bien».
El Piscis es un hombre muy orgulloso y puede necesitar un elevado número de mujeres para apaciguar su sentimiento de dignidad herida u ofendida, sobre todo si ha visto su confianza traicionada.
Además, su visión filosófica de las cosas, su sentido de la independencia y su ingenio para encontrar salida a sus impulsos eróticos le proporcionan abundantes «diversiones» y contribuyen a reafirmarla.
Al igual que su «hermano» de signo del elemento agua, el nativo de Cáncer, recurre también con frecuencia a sus talentos latentes. Puede descubrir sus dotes para la pintura, escribir su primer libro o entregarse a alguna causa elevada y meritoria.
Gracias a su intrínseca simpatía hacia toda la humanidad, descubre con frecuencia medios de fomentar una mayor comprensión entre grupos extraños o incluso enemigos.
Si su vocación es la medicina, como ocurre con numerosos nativos de este signo, sus experiencias pueden conducirle a interesarse por mejorar las condiciones de vida de los menos privilegiados.
Al no buscar nunca notoriedad, suele ser el que, en el medio en que vive, llama la atención sobre las necesidades y suministra soluciones prácticas para los problemas, estimulando así a otros, que serán quienes pongan en práctica sus ideas.
La determinación propia de los Piscis de no aprobar nada que no sea absolutamente perfecto cuando se trata de una relación seria puede mantenerle temporalmente indiferente hacia las mujeres; no obstante, y dado que se trata de un hombre esencialmente cálido y apasionado, no podrá contener durante mucho tiempo sus deseos.
De vez en cuando también la perfección que exige no se referirá tanto a la persona en sí como a la relación que mantengan.
Entre las muchas mujeres por las que, aunque no de muy buena gana, puede sentirse atraído, habrá ciertamente algunas que exciten su curiosidad más allá de una simple intimidad casual.
Cuando menos lo espera, el idilio en forma de simple atracción sexual puede hacerse evidente, y aunque por lo general es bastante tímido y reprimido, en cuanto se sienta seguro de la sinceridad de su compañera puede mostrarse sorprendentemente jubiloso y entusiasmado. Entonces hará rápidamente planes para transformar la relación en definitiva.
Aunque el hombre Piscis es muy posesivo, es también escrupulosamente fiel. Si, durante el matrimonio, incurre en infidelidades, se deberá con casi total certeza a que no ha visto respondida su devoción y entrega, y sólo tras numerosos intentos fallidos de mantener un hogar feliz volverá a la búsqueda de una mujer en la que pueda depositar sin aprensión su lealtad e inquebrantable confianza.
Deja un comentario