El nativo Luna en Piscis tiende instintivamente a resguardarse tras las cortinas de humo de la fantasía y la ilusión.
Evita al máximo las definiciones, la comunicación clara y racional y el enfrentamiento con el mundo adulto. Siempre tenderá a refugiarse en la indefinición y en la relatividad de todos los asuntos de su vida.
Exponer con convicción un punto de vista personal es algo aterrador porque ello implica una elección, y para él elegir es siempre sinónimo de abandonar alguna ilusión.
Siempre que el nativo se vea en la situación de elegir un camino, sentirá que pierde la oportunidad de seguir todos los demás, perdiendo por lo tanto la fuente de su seguridad.
Con este emplazamiento existe un miedo a la discriminación, a la definición, a las palabras y a todas las formas concretas del mundo visible.
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