Características astrológicas de las personas con la Luna en Leo
¿Cuál es el alimento emocional que necesita la Luna en Leo para sentirse segura, querida y protegida?: Reconocimiento, aprobación y el aplauso de los demás.
Esta posición lunar confiere al nativo un sentido de individualidad y de dignidad personal.
La vida es para ella como un juego dramático: cada gesto de reconocimiento es símbolo de triunfo y cada mensaje de indiferencia es tomado como prueba de humillación y derrota.
El fuerte sentido de importancia personal hace que con demasiada facilidad, se sientan ofendidos por un mundo que no los trata como ellos están seguros de merecer.
La soledad y la indiferencia constituyen sus mayores miedos. Nada más doloroso para estas personas que pasar desapercibidas. La única forma de sentirse emocionalmente contenidas es captando la atención de quienes los rodean.
Poseen un talento natural para el arte, pero muchas veces la compulsión por obtener reconocimiento les juega malas pasadas.
Luna en Leo y tradición familiar
El mensaje grabado en el inconsciente familiar de quienes tienen esta Luna dice que: no todas las personas son iguales, nuestra familia es cuna de los que poseen en su interior la llama divina, tan sólo es necesario saber mostrarla a los demás para que la propia condición sea claramente reconocida.
Las familias en las que nacen hijos con Luna en Leo tienen un ancestral sentimiento de la dignidad y el valor personal que no ha logrado ser destruido ni aun en las peores circunstancias.
Suele existir en la familia, al menos un abuelo o un tío que constituya para el niño un símbolo casi mitológico del éxito y del reconocimiento social.
El chico se alimenta de esta gloria pasada o actual, que va ingresando en su inconsciente a través de los relatos que rodean a estos personajes heroicos.
Pero a diferencia del heroísmo valorado en la familia de Luna en Aries, que se traduce en relatos de valentía sin igual, aquí el heroísmo nace del sentimiento de dignidad y de importancia personal que distingue del común de los mortales, a aquellos que han sido señalados por la mano de Dios.
Luna en Leo y relación con la madre
Es ésta una posición muy común en hijos únicos o en hijos que han sido muy deseados. En ambos casos, su llegada es recibida con bombos y platillos.
Ante la menor queja, hay un séquito dispuesto a atenderlo. Cada sonrisa o cada adelanto en el proceso de crecimiento es festejado con algarabía.
El niño capta inmediatamente que siendo simplemente tal cual es y sin el menor esfuerzo, irradia una luz esplendorosa que ilumina la vida familiar.
Esta primera experiencia le genera una sensación gozosa tan intensa, que no se le puede ocurrir pensar que él no sea alguien realmente importante y digno de reconocimiento para cualquiera y en cualquier circunstancia.
Esta primera situación establece muy tempranamente una solidez psicológica muy resistente a la adversidad.
El problema comienza con su primera salida al mundo, cuando ingresa al jardín de infantes y verifica que aquel reconocimiento ya no llega con la misma facilidad.
Ya no es tratado con los honores a los que está acostumbrado, pasa a ser uno más dentro de un grupo con los mismos deberes y derechos.
Luna en Leo y el instinto de conservación
Cuando el pequeño Luna en Leo enfrenta por primera vez la convivencia social con sus iguales, se siente defraudado. El es distinto, es alguien fuera de lo común, pero nadie parece darse cuenta.
Se siente burlado por la vida, perdido en un mundo de fría indiferencia. Necesita con desesperación obtener reconocimiento en todas las circunstancias.
A partir de esta primera experiencia, se constituirá su mecanismo defensivo: hará todos los esfuerzos imaginables para centrar la atención de la maestra y para destacarse del resto. Echará mano a todos sus recursos para resultar atractivo y conseguir aquellos honores perdidos.
Pero muy raramente la respuesta obtenida pueda acercarse a la intensidad del reconocimiento familiar. Así es como muy difícilmente pueda evitar sentirse ofendido y humillado.
Luna en Leo y talento personal
El don natural que otorga esta posición lunar es el sentido de dignidad personal, pero la gran paradoja que debe resolver es que sólo puede creer en sí mismo a través de la aprobación y confirmación de los demás.
Cuando logra superar el miedo a la soledad y la indiferencia de los demás y comprobar por sí mismo que él es alguien realmente valioso, entonces el reconocimiento y la aprobación le llegan por añadidura.
El ya no los necesita para sentirse seguro de sí mismo, y puede por lo tanto dedicarse a cualquier actividad que le permita utilizar su don autoexpresivo, su natural talento para el liderazgo y las tareas organizativas.
Y, sobre todas las cosas, sea cual fuere la actividad que realice, contagiará espontáneamente a quienes le rodeen su sentido innato de la dignidad humana.
El camino de esta Luna es el que lleva de la dependencia del reconocimiento externo al descubrimiento de la fuerza interior inagotable que se esconde detrás del miedo.
Luna en Leo y el amor
Estas son personas anhelantes de pasión, de historias de amor glamorosas. Cuando se encuentran bien afianzados en la valoración de sí mismos, pueden establecer parejas llenas de vitalidad y su naturaleza pasional mantendrá a raya la amenaza del tedio y la rutina doméstica.
No es ésta una Luna particularmente favorecedora de la convivencia. Esta posición torna más difícil la vida amorosa cuando se encuentra en la carta natal de una mujer.
Las mujeres suelen tardar más en perder el miedo a la indiferencia y pueden llegar a un extremo de reclamo de atenciones que fácilmente agotará la mejor disposición de una pareja. Lo más probable es que el marido verdaderamente valore a su esposa.
El problema es que con su actitud de pedido permanente, ella no le deje espacio para que él pueda expresarle, a su manera, su amor y admiración.
Las mujeres con Luna en Leo suelen deslumbrar por la luminosidad de su presencia y por la dignidad de su porte.
Son la compañía ideal para aquellos hombres que no se conforman con la mediocridad.
En la carta natal de un hombre, esta posición lunar no se hace tan difícil: cautivan a las mujeres sin el menor esfuerzo.
El problema es que al ser tan seductores, con gran dificultad escapan a las tentaciones de la infidelidad.
Luna en Leo y las relaciones sociales
No hay situación más estimulante para la Luna en Leo que las reuniones sociales y, sobre todo las fiestas, donde encuentra una oportunidad ideal para desplegar todo su brillo.
A estas personas les encanta organizar fiestas, aunque a veces prefieran no hacerlo por el desasosiego que les genera la posibilidad de que las mismas no resulten tan espectaculares como ellos deseaban.
Una Luna en Leo tiene que sentirse muy mal anímicamente para rechazar una invitación a una fiesta. En circunstancias normales, no desaprovecharán ninguna oportunidad social.
Cuando no insisten en acaparar la atención exclusiva a toda costa, son excelentes animadores y con facilidad contagian vitalidad al ambiente.
Suelen mostrar un comportamiento competitivo en la amistad, pero también pueden ser cálidos y generosos como ninguno. A su lado uno se siente más centrado y animoso que de costumbre, porque sin proponérselo, contagian un sentimiento de dignidad personal y de excepcionalidad. Son tan vitales y expresivos, que junto a ellos es imposible aburrirse.
Eso sí, siempre habrá que tener cuidado de no brillar más que ellos, porque si se sienten desplazados o en inferioridad de condiciones, optarán por alejarse.
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