Características astrológicas de las personas con la Luna en Capricornio
¿Cuál es el alimento emocional que necesita la Luna en Capricornio para sentirse segura, querida y protegida? Sentir que cumple seriamente con un objetivo.
La Luna en Capricornio confiere a las personas una naturaleza aplomada y solitaria. Otorga un gran sentido del deber y de la responsabilidad personal en relación a la sociedad.
Nada le genera una inseguridad mayor que sentir que depende de los demás para sobrevivir. El nativo tiene una fuerte sensación de autosuficiencia, de que debe y puede arreglárselas por sí mismo, sin ayuda de nadie.
Tiende a descuidar sus necesidades emocionales, lo que suele traerle algunos problemas para el encuentro afectivo.
Poseen el don de la prudencia y del sentido del tiempo necesario para llevar adelante sus proyectos. Su mentalidad es rigurosa y persiguen la objetividad.
Consideran que las cosas son como son, y a veces pueden ser demasiado rígidos. Tienen un talento natural para la ciencia.
Luna en Capricornio y tradición familiar
En el inconsciente familiar del nativo Luna en Capricornio está grabado un mensaje muy simple: para obtener éxito en la vida, hay que trabajar.
Es ésta una familia en la que se valora por encima de todas las cosas el esfuerzo personal y el sentido del deber. Hay una historia familiar que confirma la idea de que para conseguir logros concretos, no basta desear o imaginar que ello es posible.
Sencillamente, hay que hacerse responsable de su propio destino y abocarse con actitud seria a labrar un porvenir decoroso.
Lo importante es estar a la altura de las exigencias y ser capaz de auto sostenerse.
Nada es tan temido en esta familia como la incapacidad de hacerse responsable de la propia vida, o la falta de seriedad para manejar las cuestiones del dinero y el trabajo.
El pequeño Luna en Capricornio, registra muy tempranamente esta voz de sus ancestros y siente que debe estar a la altura de lo que se espera de él para ser un digno integrante de su familia de origen.
Luna en Capricornio y relación con la madre
En el contacto del pequeño Luna en Capricornio y su madre, la expresión del afecto es mínima.
Ella muestra una personalidad distante y fría, da al niño todo aquello que es estrictamente necesario para su desarrollo, y puede ser muy puntillosa en los cuidados concretos, pero no es propensa a las demostraciones de amor.
El pequeño se acostumbra a no necesitar nada más que lo imprescindible, porque con seguridad sus primeras demandas de calidez han sido netamente frustradas.
Si bien la relación madre-hijo se da con una frialdad y distancia afectiva considerables, no necesariamente la madre deba ser una persona fría.
Se da el caso de este emplazamiento natal en personas que han vivido determinadas circunstancias familiares, por ejemplo, en hijos de madres solas, que deben responder sin la ayuda de un padre a los requerimientos concretos del cuidado del hijo.
El niño comprende rápido que si expresa abiertamente su necesidad afectiva, la respuesta que obtiene es frustrante. La frustración le genera dolor y comienza entonces a evitar la frustración, minimizando austeramente sus demandas.
Luna en Capricornio y el instinto de conservación
Cuando el niño con Luna en Capricornio mostró su necesidad, fue frustrado y se sintió terriblemente solo y desprotegido.
Para sentirse contenido, no debe sentir que necesita más de lo que le dan.
Así es como se constituye el caparazón protector del nativo Luna en Capricornio: en el fondo, tiene una inmensa necesidad de calidez, pero se muestra autosuficiente. En realidad, él no miente, realmente llega a convencerse de que prácticamente no necesita nada.
El siente que para que le quieran tiene que hacer algo, que nadie le va a querer simplemente por lo que es. El afecto se gana con esfuerzo, mostrando responsabilidad y sentido del deber.
Por eso, estas personas se sienten queridas cuando son reconocidas por sus logros.
Luna en Capricornio y talento personal
La persona con Luna en Capricornio tiene miedo a depender de los demás. La primera relación de dependencia amorosa fue frustrante, por lo tanto el afecto se transforma en algo muy difícil de conseguir y que no llega naturalmente sólo porque uno lo desee.
Las relaciones amorosas e incluso las de amistad, en las que el nativo pueda comprobar una y otra vez que no hace falta que se muestre capaz de llegar a la cima de la montaña para que lo quieran, suelen abrir el endurecido corazón.
Una vez que la Luna en Capricornio ha comprendido que es digno de amor por su mera existencia, que no tiene que cumplir con lo que supone que se espera de él para merecer el afecto de quienes ama, entonces su naturaleza podrá manifestarse en forma positiva.
Entonces, podrá utilizar su talento natural para asumir responsabilidades que favorezcan su propio desarrollo y la felicidad de quienes le rodean.
Podrá dedicarse con auténtico placer a la actividad que haya elegido y ya no se esforzará para conseguir afecto, sino que sus esfuerzos estarán encaminados a ver la obra realizada.
Luna en Capricornio y el amor
La experiencia amorosa no suele ser sencilla para la Luna en Capricornio.
La persona se resguarda tras su caparazón de autosuficiencia y austeridad, y resulta muy difícil alcanzar su corazón.
Una vez que ha superado el miedo a la frustración, suele ser un esposo/a fiel y muy considerado. Este emplazamiento natal confiere una gran afinidad con la vida familiar.
Los hombres con este emplazamiento son excelentes padres, pudiendo combinar fecundamente el rol sostenedor con una actitud cálida que da fuerte contención a sus hijos.
Para la mujer, ser madre representa una gran responsabilidad y suelen desempeñar la maternidad con gran dedicación.
En cuanto a las preferencias a la hora de elegir pareja, tanto el hombre como la mujer Luna en Capricornio necesitan encontrar solidez emocional para abrirse al amor.
Y distancia, es muy raro que logren establecer un vínculo de intimidad con personas excesivamente dependientes o atrapantes.
Los espacios de soledad y recogimiento interior son esenciales para el bienestar del nativo; además de disfrutar de esos momentos, ellos constituyen la posibilidad de reestablecer una y otra vez contacto con su mundo emocional.
Luna en Capricornio y las relaciones sociales
El nativo con Luna en Capricornio tiene cierta dificultad para la distensión. Obtienen tranquilidad interior a través de la productividad; el ocio y la diversión les resultan inquietantes.
Tenderán a convertir la ocasión social en una oportunidad para algún otro fin ulterior, por ejemplo: establecer relaciones con personas influyentes.
Cuando organizan alguna reunión o fiesta en su casa (cosa que no sucede tan a menudo), lo harán con un plan y un objetivo muy concretos. Es poco frecuente que organicen una fiesta por el mero hecho del intercambio personal, el ocio y la diversión.
En general, hacen coincidir este tipo de fiestas con alguna ocasión particular que constituya un motivo de la reunión (por ejemplo, un aniversario, la obtención de un ascenso o de un título universitario, etc.)
El caparazón de Luna en Capricornio no sólo pone barreras al amor, sino también en las relaciones amistosas.
Debido al miedo a ver frustrada (una vez más) su necesidad de cariño, se muestra frío y autosuficiente, pero en su interior hay un niño herido que necesita desesperadamente que lo quieran.
Buscan solidez en la relación amistosa, detestan la falta de puntualidad, los cambios de planes intempestivos, la discontinuidad en las relaciones.
Ellos son cumplidores, dan a la amistad un sentido de duración en el tiempo.
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