La infidelidad es controlada por las operaciones del Karma, según el cual, las causas movilizadas en el pasado determinan infaliblemente las condiciones del presente.
La ley del Karma dice: Para cada acción hay una reacción igual y opuesta, es decir, que hay un efecto para cada causa.
Según este precepto, cuando somos víctimas de un engaño, es porque anteriormente hemos engañado, y si engañamos en algún momento, tendremos que pasar por la experiencia contraria.
Si una persona se propone ser fiel probablemente se encontrará con parejas que tiendan a ser infieles (con el fin de probar su propósito).
Si la persona es infiel, inconscientemente está invitando a que se le acerquen parejas que le enseñen el significado de la palabra fidelidad.
La razón por la que esta ley de causa y efecto, es tan difícil de apreciar se debe sobre todo al factor tiempo.
Por regla general uno espera que la reacción siga a la acción en un período razonable para que pueda hacerse una conexión lógica y observable entre las dos.
Pero, cuando el factor tiempo entre la acción y la reacción se prolonga durante años o incluso vidas, no es tan obvio.
Aunque la mayor parte de nosotros no poseemos recuerdos conscientes de nuestras vidas pasadas, siempre estamos viviendo los efectos de todo lo que hemos causado en aquellas existencias.
Si nos acostumbramos a ver cada situación que vivimos con esta perspectiva, le encontraremos sentido y aceptaremos las experiencias que nos tocan vivir en el presente.
Ninguno de nosotros puede controlar los resultados de las causas que pusimos en acción en nuestras vidas pasadas, pero sí podemos controlar nuestras reacciones observando los resultados que estas causas pasadas producen en nuestra vida actual.
Y, también, debemos tener en cuenta que, con las acciones que iniciamos ahora, ponemos en marcha las condiciones futuras con las que nos tropezaremos inevitablemente…. si no en esta vida, tal vez, en la siguiente.
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Anna says
Es mentira. Yo he sido infiel a la persona que más amo, pero me tiene abandonada. Siempre trabaja fuera, siempre quiere estar con sus amigos. No acepta a mi pequeña, no es suya. No es su responsabilidad. Pero en cambio yo me involucre en su vida en todo. Me quedé sin trabajo. No me apoyó. No económicamente, no me refiero a eso. He creído en movidas esotéricas durante mucho. Cuando otra pareja me tiro contra un cristal y me destrozó la vida no existía el karma. He tenido que recurrir a un mundo externo para buscar cariño porque no existe el karma. Si no, tendría que ser bendecida y no maldecida. Manda huevos, que alguien que no tienes ni idea de porque busca amor y cariño que no tienen siendo sumisas y al mismo tiempo querer a su pareja, se tenga que relacionar con el karma. El karma no existe. Punto. Es sencillo. Dejar de engañar a la gente. Nadie sabe lo que sucede una vez se cierra la puerta ni lo que siente otra persona. Es indiscutible.